viernes, 12 de octubre de 2012

Sábado 13 de Octubre 2012
01:15hs

A veces creo que mi cerebro escorpiano me juega muy malas pasadas, siento que dentro de la cabeza tengo una especie de juego virtual, un plano laberíntico, con senderos muy brillantes, díficiles de transitar, jamás se apagan las luces, encandilan, y hay un hombrecito muy pequeño que va y viene , se introduce en el laberinto, sin ninguna intensión de salir airoso de él. Creo que se mete para no salir, se entretiene hurgando las paredes, donde ve que hay una salida, se hace el tonto y mira para otro lado. Complica su itinerario. No quiere salir. Mi cerebro no para, no para. Mis impulsos nerviosos parecen fuegos artificiales estallando en mis sienes. No tengo paz, siempre estoy ideando, adelantándome a todos los acontecimientos, llorando o festejando antes de tiempo. El hombrecito  sigue en su recorrido incansable, no se da cuenta que me caigo, no puedo sostenerme en pie. Que pare porque ya no puedo seguirlo, que pare porque ya no puedo mas.

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