domingo, 8 de julio de 2012

Domingo 8 de julio, 2012
18:58hs

la bicicleta me trae a casa, casi entrada la noche, vengo pensando en las cosas que no tengo, con quien me gustaría estar en este momento, pienso en mi casa, en el calor de mi casa... y lloro. Pienso: qué buen lugar la bicicleta para llorar. Nadie nos ve hacerlo, salvo alguien que va a cruzar la calle cuando vamos pasando, ve el brillo de una lágrima en mi mejilla, pero no mas que eso. Los ojos se nublan, un instante, y la lágrima cae, pero de inmediato se seca con el viento, con el frío, la cara queda dura, salada... No olvido los motivos por los cuales lloraba, pero no escucho mi llanto, porque vengo escuchando música, no escucho el hipo que queda después, pero lloro con ganas... lo extraño, lo llevo dentro del pecho y por algún lado tiene que salir este sentimiento, porque sino, reviento...

martes, 3 de julio de 2012

Martes 03 de julio, 2012
23:17hs

Parece que en mi espalda conviven dos contracturas, dos dolores, uno mas viejo, que parece imperceptible, pero existe, y otro mas nuevo, que tensa mis nervios, y se eleva como un rayo hasta mi nuca. Hace casi cuatro años, me caí del techo, sentí que me moría, pero sobreviví. Mi espalda se golpeó mucho, y desde ese día le quedan huellas. Inmediatamente después, me enteré de una muerte, la muerte de un ser muy amado, muy especial. Dos dolores en mi omóplato derecho. El izquierdo, ahora me está molestando. Hay otra situación, los músculos se ven azul oscuro, petróleo. Hay un amor que no fluye, un amor estancado, que no tiene cauce. Va desde el centro de mi columna, hacia mi cabeza, y vuelve, no tiene destino. Intenté depositarlo en un corazón que no lo quiso, pero en lugar de desarmarse, y dasaparecer, mi amor crece, abarca mi costado, mis hombros, la clavícula, el cuello, la nuca, quiere ser, quiere amar, y así, aliviarse...