viernes, 11 de febrero de 2011

Viernes 11 de febrero
22:01 hs

Vuelvo en bicicleta del gimnasio, surco la noche o ella me surca, el viento fresco envuelve mi cuerpo, seca mi sudor, adormece mis músculos. Mi cuerpo está satisfecho de actividad, me pide descanso por hoy, desintoxicado ya del encierro de la fábrica, de la poca cantidad de agua que le otorgo durante el día. Mi cuerpo y yo hacemos las pases en el momento en que trepo a mi bicicleta y me coloco el reproductor de música en mis oídos. Hoy, Fabulosos Cadillacs, quiero ver amanecer, pero del otro lado ver amanecer, . Yo también necesito saber si sigo viva, o me voy desarmando de a poco en la muerte de la noche, las enredaderas en flor, perfumadas, la luna brillante de febrero, la paz de las estrellas, su brillo sobre las plantas de mi jardín. Mi cuerpo pide paz, al fin, y silencio muscular, no de voces, ni de música, sólo muscular, que mis partes se acomoden y dejen de sonar cansadas, y rezongonas.

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