sábado, 1 de octubre de 2011

Domingo 2 de octubre, 2011
01:12 hs

LLené todos los rincones de tu casa, anduve por tus ventanas, tus toallas, tu alfombra, me dormí en tu oscuridad, y desperté con tus plantas en la luz de la mañana. Intenté ahogar mis miedos en la pileta de la cocina, pero mis prejuicios chocaron contra el manubrio de tu bicicleta, así y todo sonreí.
LLenaste mi piel con besos de dulce de leche, y me bebí tu naturaleza en un solo sorbo. Después lloré, lloré a gritos, ahora, sólo silencio... Te miro,  mi rostro encima de tu escritorio, sigo tu luz de hombre hacia el dormitorio, y allí estoy feliz, llueve la madrugada entre tus brazos, llueve tu espalda, tus piernas, llueve en el sueño de gente gris, separándote de mí

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